Geodiversidad – Evolución (Historia Geológica?)
En el período Cretácico, entre los 140 y los 65 millones de años, se desgajó de Europa la Península Ibérica que rotó respecto al Continente (Galicia y Bretaña estaban inicialmente unidas) abriéndose con ello el Mar Cantábrico y dando lugar a la aparición de nuestro litoral.
Las rocas que lo integran se acumularon entre el Aptiense (unos 115 millones de años) y el Paleoceno (unos 60 millones de años). Esas rocas, depositadas inicialmente como capas horizontales, se deformaron y levantaron entre los 45 y 20 millones antes de la actualidad como consecuencia del empuje de Africa contra la Península Ibérica y la penetración del fondo del Mar Cantábrico bajo ésta.
Se formó así la Cordillera Cantábrica y en Costa Quebrada las capas de roca adoptaron la disposición que hoy podemos observar. Desde entonces los embates del mar, junto con la acción de las lluvias y los cursos de agua, han ido modelando el relieve para formar el paisaje actual. Los numerosos episodios de ascenso y descenso del nivel del mar como consecuencia en parte de las glaciaciones han jugado un papel importante en esa evolución.
Historia Geológica
Durante la última fase del proceso de apertura del Mar Cantábrico, que se inicia en el Aptiense, comienzan a depositarse los materiales que constituyen las rocas que hoy día se encuentran en Costa Quebrada.
Sobre el gran arrecife urgoniano con corales y Rudistas, en aquel mar cálido y poco profundo, y debido a un aumento de los aportes sedimentarios continentales, se depositan en el Albiense una serie de secuencias detríticas de limolitas y areniscas. Progresivamente disminuyen esos aportes hasta que en el Cenomaniense las areniscas pasan a ser las calizas de la formación Altamira.
Tras un hiato, la deposición continúa en el Turoniense, con la formación de secuencias rítmicas de marga y caliza, interrumpidas eventualmente por turbiditas. A partir del Turoniense medio comienza un megaciclo regresivo, con pulsos transgresivos en el Santoniense y Campaniense basal. En el Maastrichtiense la cuenca se hace más somera hasta llegar a la emersión del depósito.
Durante el Paleoceno se depositan arenas en un ambiente litoral muy dinámico, que darán lugar a calcarenitas.
El empuje de la Placa Africana, que comprime la microplaca Ibérica contra la Europea, y ya en el Santoniense había interrumpido la apertura del Mar Cantábrico, provoca la formación de una pequeña zona de subducción. En este contexto orogénico se produce el plegamiento de estas rocas en un gran sinclinal que se extiende desde la península de Santander hacia el sudoeste.
Costa Quebrada es el erosionado flanco norte de este sinclinal.